No me gusta el futbol. Bueno se trata más bien de un rechazo a esa bipolaridad agotadora del todo o nada semanal, de las noticias a pachas, de las cifras que no caben en la calculadora y de las personas de usar y tirar.
Siempre cuento que en la semifinal de 2012, cuando ya estaba el partido a la mitad, decidimos subir a verlo terminar porque ya no quedaba nadie en el jardÃn. Mi hija, muy sorprendida, le pregunto a mi mujer “¿Por qué vamos a verlo mama?… ¿Juega papá?” 😀
Aunque quizás todo esto solo sea una excusa para ocultar que en mi infancia el mayor éxito futbolÃstico que vivà fue cuando me tocó el cromo de Camerún y por fin pude completar el álbum.
El caso es que uno no puede escapar del linchamiento más o menos jocoso de aquellos que hace nada eran unos héroes. Casi con el balón en las piernas ya les están invitando a salir por la puerta. ¿Cómo puede ser?. O se han olvidado o les da igual. Asà es el fútbol…
Pero sin embargo me parece un espacio de oportunidades, hay tantos ojos puestos en tan pocas personas que pueden surgir momentos verdaderamente brillantes… como dar en directo un beso inesperado, una retrasmisión de “barrilete cósmico”, o atar dos bufandas de la misma ciudad al levantar la copa (eso lamentablemente no pasó).
Y por eso y a pesar de todo me voy a apropiar del himno del Liverpool para expresar lo que yo creo que la mayorÃa de la gente siente… o deberÃa sentir.
Cuando camines a través de la tormenta,(traducción tomada de la Wikipedia)
Ah!, la ilustración es ese momento que no podemos olvidar, esos segundos donde llego lo increÃble, lo que nunca soñamos. Es Iniesta, pero los nombres son los 35 jugadores que nos han dado cuatro años para guardar en la memoria, para contárselos a los que vengan.
Venga, vale… Viva el Futbol!!!